Proyecto educativo
Nuestra forma de trabajar
En nuestra escuela disponemos de ambientes preparados que reproducen la vida natural, que son armoniosos, bellos, relajados, libres y ordenados. Que invitan al niño a explorar y a SER para que logre desplegar y desarrollar todo su potencial. Además, estos ambientes preparados permitirán que las relaciones interpersonales estén basadas en el respeto, la cortesía y el amor. Esto les ayudará a crecer experimentando la vida y la escuela, lo que les dará una mayor conciencia ciudadana y un sentido de la responsabilidad y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
Los niños y niñas serán acompañados por personal cualificado, con una comprensión amplia del método, con un profundo conocimiento de las necesidades del niño o niña y una enorme calidad humana.
Ambiente preparado
El ambiente preparado se refiere a un ambiente organizado cuidadosamente para los niños y niñas, más específicamente, para fomentar y garantizarle un mejor aprendizaje y crecimiento. En él se desarrollan los aspectos sociales, emocionales e intelectuales y también responde a la necesidad de orden y seguridad. El diseño de estos ambientes se basa en los principios de belleza y orden. Son espacios luminosos, cálidos, amplios, abiertos, ordenados, estéticos, simples y reales., donde cada elemento tiene su razón de ser y promueve el desarrollo del alumnado. Cuando habla de amor se refiere al respeto, a la libertad responsable y con límites, a la confianza, a valorar al niño/niña, a la paciencia y a conocer sus necesidades. Se trata de ofrecerle la posibilidad de conocerse y proporcionarle los medios para ello.
En este ambiente calmado y ordenado hay a su vez mucho movimiento y actividad, donde los niños y niñas son totalmente libres de elegir y trabajar a su propio ritmo. Así pues, el propio ambiente y las guías (maestros y maestras) conducen al alumnado al desarrollo de la habilidad de conjugar la libertad y la autodisciplina.
En estos ambientes se combinan alumnos y alumnas de diferentes edades sin importar el nivel académico.
Al crear un vínculo entre alumnado, familias y guías, María Montessori buscó crear una comunidad muy unida. En esta comunidad el alumnado aprende a compartir, a cuidar de los más pequeños, a aprender de las personas mayores y a confiar en los demás.
Educación en valores
La educación en valores constituye una responsabilidad de toda la comunidad educativa, representa una perspectiva crítica de la realidad que está vigente y que afecta a toda la sociedad. La educación en valores surge del verdadero compromiso personal, estos no pueden ser transmitidos, sino que se vivencian en el día a día, en las relaciones con los demás.
María Montessori tenía una conciencia social importante, enfatizando las repercusiones que las condiciones de vida tienen sobre la sociedad.
El amor hacia los demás y hacia la vida misma como un sentimiento puro y cálido que engrandece al hombre y a la mujer y prepara para una vida en comunidad plena. Una vida en la que el respeto hacía uno mismo, hacia las demás personas y seres de la naturaleza, hacia nuestro ambiente, ya sea dentro del salón o en nuestros espacios naturales, está integrado en cada uno de los momentos del día, despertando así una conciencia ecológica que fomenta el cuidado ante cualquier tipo de contaminación.
El valor de cada ser es único e inigualable. Sentimos que cada uno debe tener conciencia de su propio ser y trabajar en consonancia y con coherencia para poder desplegarse y desarrollar todo su potencial dentro de nuestros ambientes. Sin olvidar que trabajamos siempre para el bien común y en cooperación, de una manera humilde y servicial, pero teniendo muy presente la dignidad e integridad de todas y cada una de las personas que participan de nuestro proyecto.
Promovemos la autonomía
Otro de los valores que profesamos en nuestro proyecto, es promover la autonomía según las posibilidades y capacidades de cada uno, teniéndolo como un valor y evitando toda intervención innecesaria que limite o frene el desarrollo personal de los niños y niñas desde sus primeros años de vida. Esto aportará la seguridad y la confianza necesarias en uno mismo para avanzar con paso firme en el desarrollo como persona, apostando siempre por la emoción que despierta cada nuevo logro, cada descubrimiento. Es por ello que siempre estamos abiertos a la exploración y a la experimentación que nacen en un ambiente que valora la actitud creativa de todos sus miembros, que promueve el libre pensamiento y fomenta la creación personal, dando libertad y valor a nuevas formas de expresión.
Todo ello en un ambiente de igualdad en el que ni la edad, ni el sexo, ni la procedencia cultural de cada uno suponen prejuicios ni condiciones, sino que vienen a enriquecer un ambiente que se caracteriza por su multiculturalidad y por la riqueza personal de todos y cada uno de sus miembros.